Tan cerca y tan diferente
No es la primera ciudad en la que piensas cuando te hablan de Marruecos, sin embargo es una ciudad llena de encanto, que ha sido durante décadas lugar de inspiración de grandes artistas y plató de numerosas películas.
Paul Bowles, Matisse, Yves Saint Laurent, Jack Kerouac, William Burroughs, Alberto Moravia, Jean Jener, Delacroix o incluso los Rolling Stones. Son tantas las personas enamoradas de esta ciudad africana que no es extraño que nos haya enamorado también a nosotros.
Un enclave único
Entre dos mares y entre dos continentes. Tánger tiene una ubicación privilegiada. Entre Europa y África, entre el Mar Mediterráneo y el Océano Atlántico.
Esa ubicación tan estratégica convirtió a la ciudad en hábitat natural de espías de distintos países. Sus cafés, sus terrazas, sus hoteles mantienen hoy la atmósfera de una época tan singular.
Fotogénica y tranquila
Su medina, su kasbah o su zoco están llenos de vida. Y pese al ritmo vertiginoso y a lo estrecho de sus calles sientes una gran tranquilidad. Nada interrumpe tus deseos de contemplar, de pasear y de buscar ese lugar mágico para tomar un té a la menta donde antes lo hicieron estrellas del cine, aristócratas o gurús de la moda.
Te dejo una fotografía del Café Hafa, uno de esos lugares con tanta historia desde el que contemplé un atardecer plácido viendo surcar el mar a los buques que atraviesan el estrecho.
Sara Blasco