El sur de África, un lugar único en el Planeta
Allí confluyen la naturaleza más salvaje con la civilización, de estilo mediterráneo, más hedonista. Es un territorio excepcional donde todo se mide en superlativo: bellísimo, extensísimo, super-espectacular.
Por ejemplo, Cape Town. El rincón más cosmopolita de África. Una ciudad rodeada por Table Mountain que bien podría ser una de las 7 maravillas naturales de África. El atractivo de los viñedos de Winelands, que la rodean, y su deliciosa oferta enogastronómica (no perderse Stellenbosch y Paarl). El dinamismo de Long Street o la tentación de la costa atlántica con sus bares y cafés en Clifton y Camps Bay. Los atardeceres en Lion’s Head. La curiosidad de la colonia de pingüinos en Boulder Beach. El esplendor del Cabo de Buena Esperanza, y la puerta al océano Índico. Todo ello mientras se aloja en uno de los hoteles icónicos de la ciudad el Belmond Mount Nelson. Un espacio histórico en Sudáfrica, con una calidad de servicio e instalaciones sensacional. Un alojamiento que en su día atrajo a personajes como John Lennon, Mandela o la reina de Inglaterra. Descanse en sus piscinas climatizadas y relájese en sus exuberantes jardines. Deléitese con cocina de temporada imaginativa de un hotel que es toda una institución en el continente africano.
Reserva Natural de Moremi
En cambio, si en Sudáfrica encontró modernidad, en Botswana le espera una de las naturalezas más vírgenes y sorprendentes que puedan disfrutarse en la actualidad. Ahí está el delta del Okavango, desembocadura de un río que muere en mitad de la sabana ante la falta de pendiente, provocando un delta interior de 18.000 kilómetros cuadrados de extensión. Declarado Patrimonio de la Humanidad acoge un paisaje fascinante que cambia conforme las estaciones (temporada seca o de lluvias) y el nivel del agua. Si se sobrevuela en un avión, el delta se muestra como un auténtico Edén acuático. Si se atraviesa en canoa (Mokoro, le llaman aquí) uno puede apreciar en primer plano el pulso de la vida salvaje con toda su emoción. Uno de los mejores observatorios para disfrutar de todo ello es el Belmond Eagle Island Lodge. Un alojamiento completamente reconstruido y con un diseño sorprendente. Sin duda, el mejor enclave para conocer el Okavango.
Sin embargo, Botswana no acaba con el Okavango. Hay otros espacios naturales que bien va le la pena visitar y disfrutar. Ahí está la Reserva de Savute, en el Parque Nacional de Chobe. Uno de los mayores misterios del África austral. 5.000 kilómetros cuadrados de territorio cargado de pinturas rupestres, colinas de origen volcánico, un río que aparece y desaparece por causas todavía desconocidas… y , sobre todo, la mayor concentración de elefantes del mundo: 60.000 elefantes. Allí, el campamento Belmond Savute Elephant Lodge evoca a los exploradores de todos los tiempos con unos lodge que sumergen al visitante en el corazón de la naturaleza. Un lugar idóneo para contemplar a los más majestuosos animales de África, para luego reunirse en una fogata y saborear una encantadora experiencia culinaria campestre.
Botswana, una de las naturalezas más vírgenes
Finalmente, la Reserva Natural de Moremi, donde experimentar una de las más impresionantes vistas de sabana, así como realizar la observación de aves en sus lagunas. La reserva acoge también zonas densamente arboladas, que son el hogar de animales salvajes como el leopardo. Allí se ha instalado el Belmond Khwai River Lodge, una atalaya donde espiar a esos animales carnívoros, pero también a algunas de sus presas, además de jirafas y búfalos. Todo ello desde hermosas habitaciones con techo de paja y vistas a las llanuras aluviales.
Jordi Ferrer