El secreto de Errol Flynn
Seguro que en más de una ocasión has observado con detenimiento el mapa de Australia, y te has preguntado ¿Cuál es esa isla que sobresale en el extremo más meridional de esta masa continental de Oceanía? ¡Ah, sí! Tasmania, habrás mencionado en la intimidad.
Y si eres aficionado a los documentales de L2 -ya se sabes el programa más visto de la historia de la televisión- probablemente conozcas al “demonio de Tasmania” el marsupial carnívoro de mayor tamaño que existe en la actualidad, y que es autóctono de esta isla. Un animal que además de ser icono de Tasmania es conocido también por inspirar un personaje de ficción llamado Taz. Sí, efectivamente, ese aliado de Piolín y Sam Bigotes, que hacía enfadar a Bugs Bunny y el Pato Lucas, en los míticos dibujos animados de los Looney Tunes de la Warner Brothers.
Más allá de Australia
Con estos antecedentes quizás te hayas planteado alguna vez viajar hasta la remota isla de Tasmania. No es un viaje fácil, ya te lo avanzamos. Hay que recorrer muchos kilómetros hasta esta isla del fin del mundo. Y si nunca has visitado antes Australia, valdría la pena, quizás, acercarse previamente a la Gran Barrera del Coral, la montaña sagrada de Uluru, el dinamismo de Sidney, o la espectacular Fraser island, considerada la isla de arena más grande del mundo.
En cualquier caso, si alguna vez llegas al gran sur de Australia, no lo dudes. Disfruta del estado de Victoria (con la gran Melbourne a la cabeza -descubre el barrio alternativo de Fitzroy y distrito italiano de Carlton cargado de restaurantes- y los imprescindibles acantilados de The Great Ocean Road) y da el salto a esta enigmática isla situada a 240 kilómetros del continente australiano. No te arrepentirás.
De entrada, te recomendamos realizar el viaje durante nuestro invierno, de octubre a abril, por aquello de las horas de luz y el clima. Las temperaturas, más frías que el resto de Australia, rondan entonces por los 20 grados. De todas maneras, si decides escaparte durante nuestro verano, no olvides que Tasmania es un buen lugar para observar las auroras australis o Southem Lights, a pesar de que no son tan fáciles de ver como las boreales.
¿Y que ver en Tasmania?
El 60 por ciento de la isla -por cierto, dos veces y medio más extensa que Sicilia- está declarada espacio protegido. Por tanto, la naturaleza es la gran reina de la isla. Si dispones de 5 o 6 días, un buen recorrido es realizar un itinerario circular y visitar especialmente Launceton, Stanley, Cradle Montain, Strahan, la capital de la isla Hobart y el Parque Nacional de Freycinet.
Launceton no deja indiferente a nadie. La ciudad está rodeada de montañas preciosas para perderse y playas de agua cristalina para encontrarse, además de contar con el teleférico más largo del mundo. A unas dos horas se sitúa Bay of Fires, donde nadarás en las aguas más transparentes que puedas imaginar.
Otras localidades de la isla son: Stanley, el puerto pesquero del Norte, en donde destaca The Nut, una península a modo de peñón; Strahan, el gran fondeadero de la costa occidental; Y desde luego la capital, Hobart, patria chica de Errol Flynn y nervio del medio millón de tasmanos que habitan la isla. Desde allí puede visitarse la cima del Monte Wellington, con sus vistas impresionantes y el famoso antiguo penal de Port Arthur.
No obstante, lo más interesante de Tasmania es su naturaleza, en donde destacan los PN de Cradle Mountains y Fraycinet. Allí disfrutarás de montañas, lagos y bosques frondosos. Y por supuesto del fabuloso mirador de Wineglass Bay, las cascadas de Knyvet Falls o Dove Lake. Si puedes, escápate a Cape Hauy, y realiza el impresionante recorrido en kayak por estas murallas naturales frente al mar. O también toma un ferry y acércate a Mary Island. Una isla de postal, rodeada de acantilados de colores.
¿Eso es todo amigos? No. Taz, como la increíble fauna autóctona de la isla, os esperan. ¿Te resistirás al encanto del secreto de Errol Flynn?
Jordi Ferrer