Europa, un lugar espectacular
Busquen en Europa un lugar que sea espectacular y cargado de agradables sorpresas, y a la vez sea bastante desconocido. ¿Existe? Sí. No hay muchos, ciertamente, pero aún los hay. Para fortuna nuestra, la vieja Europa -el primer destino turístico del Planeta- todavía amaga algunas maravillas, dignas de esta mención, que son auténticos tesoros y resultan poco conocidas para la mayoría de los viajeros.
Uno de esos lugares es, sin duda, Armenia, en el Cáucaso. Un viejo país que emerge de sus cenizas tras tiempos de aislamiento. No en vano fue, por ejemplo, el primer Estado del mundo -antes incluso que la misma Roma- en abrazar oficialmente el Cristianismo como religión oficial. Una tierra que conserva un alfabeto propio y una civilización que une, como pocos lugares en nuestro Planeta, un continuo histórico desde hace casi cinco mil años. Algo inaudito en Europa, con la excepción de Grecia.
La puerta de entrada es Ereván, su capital. Desde allí es posible encontrar la huella del antiguo reino bíblico de Urartu, o encaminarse hacia impresionantes monasterios como Geghard, Zvartnots o Noravank -joyas del arte, que son Patrimonio de la Humanidad por Unesco-. Sin olvidarnos de diversas reservas naturales de gran belleza. Espacios como el Parque Nacional de Dilijan o el lago Sevan, que es el lago alpino más alto del mundo con aguas de color turquesa.
En el Cáucaso también se encuentra la vecina Georgia, otra maravilla. Aunque geográficamente podría decirse que se halla en Asia, como en el caso de Armenia, que duda cabe que ambos países son 100% europeos por tradición, cultura y especialmente por empecinamiento de sus gentes a lo largo de historia. Georgia también es un país que hunde sus raíces en el mundo Clásico. Aquí se localizaba la mítica Cólquida, que tanto citaban los antiguos griegos. Es la tierra de Medea, la hechicera y vengativa heroína de la tragedia Eurípides. Es el reino del vellocino de oro, fuente de tantas hazañas y aventuras entre los intrépidos “travellers” del pasado.
De Georgia les enamorará el centro histórico de Tiflis/Tbilisi, su capital, así como los templos y fortalezas de las antiguas ciudades de Mtskheta, y de Uplistsikhe. Rincones cargados de historia como Gori, la patria chica de Stalin. ¿El mismo padrecito Iósif Stalin? Sí, efectivamente, Iósif Vissariónovich Dzhugashvili -su nombre real- era un georgiano, de pura cepa, tanto como el primer vino que elaboró la humanidad hará cosa de hace 8.000 años, como ha descubierto recientemente la arqueología.
Aunque en su viaje a Georgia, tal vez, lo que más les emocione sean sus paisajes y sorprenderse ante la magnitud de tan altas montañas, o sentir la dulce caricia de la brisa del Mar Negro. Y cuando al fin llegue al remanso de su orilla, no podrá evitar caer en la tentación de gritar “Thalassa, Thalassa” al contemplar ese mar que acerca Georgia a nuestro Mediterráneo, como en su día lo hicieron los 10.000 griegos de Jenofonte.
Jordi Ferrer