Un país del Golfo Pérsico diferente a los países del Golfo Pérsico.
Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Kuwait, Bahrein, Arabia Saudí… Todos estos países tienen muchos rasgos culturales, religiosos y económicos en común. Omán también los tiene. Sin embargo, este sultanato tiene una gran e interesante diferencia. Ha utilizado sus enormes recursos generados por el gas o el petróleo para realizar una gran transformación respetando su personalidad histórica.
En Omán no hay rascacielos ni edificios de acero y cristal. En Omán hay una preciosa, moderna y espectacular mezquita que tiene todos los rasgos de la cultura omaní. Igual que su impresionante Royal Opera House. O su Museo Nacional.
Omán es muy diferente a los países de su entorno y eso ya es un motivo par despertar nuestra curiosidad.
Una naturaleza que sorprende.
Posiblemente tengas la imagen de que Omán es desierto, desierto y más desierto. Y sí, lo tiene. Es un país árido y de clima extremo pero tiene verdaderos oasis de naturaleza exhuberante.
Sus wadis, esos ríos que nacen en manantiales entre áridas zonas montañosas, crean piscinas naturales prodigiosas y palmerales que transmiten frescor y permiten los cultivos bajo ellos.
Sus montañas más altas también merecen una visita. Recorrer pequeños senderos que conectan aldeas que viven del cultivo en terrazas que parecen precipitarse a las profundas gargantas es una experiencia apta para todos los públicos, sea cual sea su condición física.
¡Y las playas!… Sí playas estupendas, con resorts de lujo, donde tomar unas días de descanso tras la ruta por el país.
La costa de Omán es generosa. Generosa con los pescadores, generosa con quienes buscan paisajes extremos bellos y generosa con quienes desean hacer buceo o snorkel y compartir la experiencia con tiburones ballena, con tortugas, con delfines…
Fortalezas con personalidad.
En nuestro recorrido por Omán nos han sorprendido sus espléndidos fuertes y castillos. Muchos de ellos perfectamente conservados.
Fortalezas con curiosos sistemas defensivos para protegerse de sus enemigos.
La ciudad de Nizwa -antigua capital- y sus alrededores tienen grandes muestras de esa arquitectura defensiva tan personal.
Alojamientos a la altura de un gran destino.
En Omán, tanto en Muscat, como en las zonas de playa, hay hoteles fabulosos. Hoteles lujosos y discretos y otros llamativos y deslumbrantes. Todo viajero encuentra el alojamiento para un descanso relajante y sofisticado.
Incluso en el desierto, en Wahiba Sands, hay campamentos plenamente acogedores y respetuosos con el entorno.
En definitiva ¿crees que le falta algo a Omán para estar en la lista de tus próximos viajes?
Rafa B.