Merece un viaje
Suficientemente desconocido. Suficientemente interesante. Suficientemente variado. Azerbaiyán tiene argumentos para ser visitado.
Siempre hay quien se pregunta ¿Recorrer varios países del Cáucaso en un solo viaje? Mi respuestas es, definitivamente, no.
Azerbaiyán merece un viaje porque en sí mismo es como si fueran dos países. Bakú, su capital, y el resto.
Una capital sorprendente
Bakú, lejos del exotismo mágico de Tiflis, parece una ciudad europea. Europea y rica, muy rica. Allí sientes como si los recursos fueran infinitos.
Posee construcciones históricas perfectamente conservadas, edificios vanguardistas de los más reputados arquitectos, restaurantes acogedores donde el ambiente parece no acabar nunca…
Montañas e historia
Y alrededor de la ciudad petróleo, mucho petróleo y gas. Un gas que provoca la existencia de lugares como Yanardag, la montaña que emite fuego permanentemente desde hace siglos. Y el petróleo que genera cráteres activos en Gobustán, lugar plagado también de petrogrifos.
Ya acercándonos a las montañas del Caúcaso encontramos en Sheki una curiosa población que fue importante en la ruta de la seda. Un palacio, un caravanserai, un mercado… Aquí el tiempo parece haberse detenido hace 60, 70 u 80 años.
Un viaje Signature auténtico
Hemos recorrido Azerbaiyán en un viaje Signature. Un grupo de 12 personas que hemos podido entender la evolución de este país musulmán donde la religión no es lo primero. Un país pacífico y diverso. Un país que cambia a una gran velocidad.
Un país que merece la pena.
Roser LLoveras